Las nuevas directrices sobre los sistemas prohibidos del Reglamento de Inteligencia Artificial, publicadas el 4 de febrero, tratan de ofrecer una mayor claridad jurídica, promover una aplicación coherente, eficaz y uniforme del reglamento y facilitar el cumplimiento de sus obligaciones.
La Comisión Europea ha publicado unas directrices para facilitar la comprensión de las prácticas prohibidas definidas en el artículo 5 del Reglamento (UE) 2024/1689 de Inteligencia Artificial.
El reglamento europeo adopta un enfoque basado en el riesgo, clasificando los sistemas de IA en cuatro categorías de riesgo diferentes. Entre ellas se encuentran los sistemas de IA prohibidos, los cuales presentan riesgos inaceptables para los derechos fundamentales y los valores de la Unión. Las prácticas prohibidas abarcan, entre otras, el uso de técnicas subliminales, los sistemas de puntuación ciudadana por agentes públicos o privados que puedan provocar un trato perjudicial o desfavorable, el reconocimiento de emociones en lugares de trabajo y centros educativos o los sistemas de identificación biométrica en tiempo real, salvo en determinadas circunstancias.
Estas directrices, publicadas el 4 de febrero de 2025, abordan los sistemas de IA prohibidos, cuyas disposiciones son efectivas desde el pasado 2 de febrero de 2025. Sin perjuicio de que el régimen sancionador no entra en aplicación hasta el próximo mes de agosto, los Capítulos I (disposiciones generales) y II (prácticas prohibidas) del Reglamento de IA ya son plenamente aplicables, por lo que las empresas que desarrollen o utilicen sistemas de IA en el marco de su actividad deben adoptar las medidas adecuadas para garantizar que no comercializan ni utilizan sistemas de IA prohibidos.
El objetivo es ofrecer una mayor claridad jurídica, promover una aplicación coherente, eficaz y uniforme del reglamento y facilitar el cumplimiento de sus obligaciones. Para cada una de las prácticas prohibidas definidas en el artículo 5, las directrices ofrecen explicaciones legales sobre los principales componentes de la disposición, ejemplos prácticos y aclaraciones sobre las prácticas que quedan fuera del alcance de las prohibiciones, además de señalar posibles medidas a implementar para evitar su uso.
Asimismo, las directrices destacan las áreas donde las prohibiciones se superponen o están relacionadas con otros actos legales de la Unión Europea. También abordan las excepciones generales, como las relativas a los sistemas utilizados con fines militares, de defensa o seguridad nacional, las cuales son relevantes para la aplicación práctica de estas categorías.
Si bien no son vinculantes, las directrices proporcionan valiosos enfoques sobre la interpretación de las prohibiciones por parte de la Comisión y sirven como guía práctica para los desarrolladores, responsables del despliegue y distintos operadores de la cadena de valor, los cuales deberán evaluar de sus sistemas de IA y cumplir con las obligaciones que les impone el reglamento europeo. Además, las directrices asistirán a las autoridades competentes en su labor de control y vigilancia.
Con ellas, la Comisión da un paso adicional en la implementación práctica del Reglamento de IA, que ya es una realidad.