25 años de SASEMAR
La Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (SASEMAR) cumple ya 25 años desde que nació en 1993 tras la aprobación de la Ley 27/1992 de Puertos del Estado y de la Marina Mercante (hoy Real Decreto Legislativo 2/2011). Felicidades y enhorabuena a quienes han contribuido a ello.
Hasta el citado año 1993, el salvamento marítimo español, que contaba con escasos medios humanos y materiales, no solo estaba anticuado y en manos militares, sino que además era insuficiente para atender satisfactoriamente las necesidades de salvamento derivadas del transporte marítimo existente en nuestro extenso litoral. La creación de SASEMAR, que se puede catalogar como uno de los más grandes (y, por desgracia, escasos) éxitos de la política marítima española reciente, supuso equiparar nuestro salvamento con el observable en la mayoría de los países de la Unión Europea.
SASEMAR es una entidad pública empresarial del Ministerio de Fomento encargada de los servicios de rescate, búsqueda y salvamento marítimo, de la prevención y lucha contra la contaminación del medio marino, del seguimiento, ayuda y control al tráfico marítimo, de la seguridad marítima (safety), así como de los servicios complementarios de los anteriores. El salvamento, que tiene la consideración de servicio público, está en manos civiles desde la existencia de SASEMAR.
El transcurso de los años y algunos accidentes marítimos de buques que generaron grandes catástrofes medioambientales (Aegean Sea, Erika, Prestige, etc.) han venido poniendo de manifiesto la conveniencia de que el salvamento marítimo sea un servicio público que, como tal, no esté exclusivamente en manos privadas y bajo la premisa no cure no pay.
La normativa nacional e internacional ha ido evolucionando del inicial salvamento marítimo de buques puramente voluntario, privado y solo remunerado (award o premio) en caso de éxito a otros tipos de salvamentos. Así nació primero el salvamento obligatorio y gratuito de vidas humanas, y después el salvamento económicamente compensado (gastos) sin haber habido éxito (Scopic) en caso de asistencia a un buque que constituyera una amenaza al medio ambiente. Por último, se consolidó el llamado salvamento obligatorio (impuesto o supervisado por la Administración marítima) para salvaguardar la seguridad de la navegación, la vida humana en el mar y el medio ambiente.
La actividad comercial de SASEMAR es subsidiaria a la de los salvadores privados de forma que la primera solo actúa y, en su caso, cobra por sus servicios si la última no lo hace.
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