Aspectos legales en el marco de la financiación de las Startups...
Es evidente que hay un auge de emprendedores y un claro apogeo de las startups.
Desafortunadamente, he detectado que las startups suelen enfocarse en la ejecución de su proyecto prescindiendo de una asesoría jurídica en su desarrollo. Es indiscutible, que es vital obtener visibilidad en aras de un adecuada escalabilidad y para una apropiada captación de inversores, clientes y socios comerciales pero ello no es óbice de cumplir con un mínimo protocolo legal.
Tras la validación del producto o servicio objeto de la startup mediante un “Minimum Viable Product” y que se haya identificado que efectivamente hay un nicho de negocio para la misma (entre otros), habitualmente la startup precisa obtener financiación como paso fundamental para poder iniciar e implementar su desarrollo.
Por ello a continuación, describiré los principales aspectos que deben tenerse en cuenta en el marco de la financiación de las startups.
¿Dónde se puede encontrar financiación? ¿Qué alternativas existen?
Habitualmente se suele recurrir a inversores externos y con ello nos enfrentamos ante la entrada de nuevos socios inversores a la startup. El proceso de inversión en una startup, y el consiguiente ingreso de nuevos socios, es una cuestión que ha de evaluarse con detenimiento ya que condicionará el futuro y desarrollo de cada proyecto.
Normalmente, en la fase de arranque de una startup se puede encontrar financiación mediante los denominados “Friends & Family” y a través de los “Business Angels”.
Friends & Family (“F&F”)
Como dijimos anteriormente, ante la necesidad de capital, se suele recurrir a terceras personas para la financiación del negocio, los fundadores se inclinarán en primer lugar hacia los denominados F&F.
Como lo indica su nombre, se trata de inversores cercanos del círculo más íntimo de los fundadores de la startup. Estas aportaciones carecen, en general, de un interés comercial por parte de los inversores. De hecho, en muchos casos se trata de colaboraciones casi altruistas.
Teniendo en cuenta la relación que suele existir entre el inversor F&F y la startup, entendemos primordial establecer reglas claras e intentar mantener la relación, en lo que a la inversión se refiere, estrictamente profesional. Lo anterior se consigue mediante la suscripción de un contrato, pacto o acuerdo de socios que determine el ámbito obligacional de cada una de las partes y proteja sus intereses. Entendemos que su redacción debe ser sencilla y/o básica pero en todo caso regulando de forma clara y precisa el importe de inversión, el nivel de implicación, la contraprestación de la financiación y una estrategia de salida, entre otros. La financiación de F&F se puede implementar mediante un contrato de cuenta de participación, un préstamo participativo o una toma de participación minoritaria.
Business Angels (“BA”)
El segundo método de inversión más utilizado por las startups en la fase de arranque son los BA. En general son personas con experiencia en la gestión de empresas y que disponen de capital y tiempo para invertir en empresas en crecimiento.
La primera característica de este método de inversión es que el inversor ingresa en la sociedad de forma activa. A diferencia con lo que sucede con los F&F, donde el inversor adquiere una postura pasiva, el BA, es una figura que se involucra de forma activa en el negocio aportando además del capital, su conocimiento y experiencia técnica del sector.
A cambio el inversor suele recibir una participación accionarial de la startup, aunque con un perfil menos agresivo que el usualmente optado por otros inversores como los venture capital (“VC”) o los private equity (“PE”).
Asimismo, una vez el socio inversor ingresa a la sociedad, recomendamos que éste suscriba, en su caso, el pacto de socios existente, o se acuerde un nuevo pacto de socios. Suele ocurrir que el inversor quiera imponer determinadas cláusulas relacionadas con el funcionamiento y manejo del negocio que le permita tener algún tipo de poder de decisión dentro de la startup. Este aspecto estará determinado, en general, por el monto invertido y por la participación accionarial adquirida.
Venture Capital y Private Equity
La inversión por parte de VC o PE conllevan una mayor complejidad y habitualmente tienen lugar en una fase de más madurez y/o desarrollo. En general, estas dos formas de inversión se dan cuando la startup necesita el impulso en la comercialización y desarrollo de sus productos o servicios, y en su caso, la internacionalización del negocio. Tanto el VC como el PE comparten la particularidad de ser operaciones de financiación de alto riesgo, donde se aporta capital a la startup y el inversor, a cambio, recibe un porcentaje en la participación de la misma.
El VC asiduamente comprende inversiones realizadas por entes privados que, como contraprestación, reciben acciones de la startup aunque no siempre llegan a ser socios mayoritarios. Si bien no se involucran directamente con el manejo cotidiano de la empresa y/o negocio, suelen exigir: (i) un lugar en el consejo de administración que le permita influir o vetar decisiones; (ii) una cláusula anti-dilución; y (iii) un derecho de liquidación preferente (entre otros).
Por otro lado, los PE conllevan inversiones hechas por entes privados de gran valor recibiendo a cambio acciones de la startup, que en general, les otorgan posiciones mayoritarias en el accionariado y probablemente se restringirán o limitarán los derechos para transmitir las acciones, mediante derechos de arrastre o acompañamiento, entre otros. Su objetivo es vender su participación obteniendo grandes plusvalías.
Dado lo anterior, existen ciertas similitudes en ambas figuras pero hay determinadas diferencias que son importantes recalcar:
- Sector de inversión. Los PE realizan inversiones en todo tipo de industrias, sobre todo en sectores tradicionales y bienes de consumo. En cambio, la VC centran sus inversiones en el sector de las nuevas tecnologías, apps, biotech, telecomunicaciones, internet of things, etc. De modo que, es más probable que una startup reciba una inversión de un VC que de un PE.
- El monto y la contraprestación. El ingreso de los PE en general es más agresivo, desde el punto de vista que su desembolso de capital es mayor y su correspondiente contraprestación también lo es. Suelen exigir un porcentaje mayoritario de las participaciones de la sociedad.
- Momento de la inversión. Si bien ambos casos se suelen dar en el momento en que la startup necesita un impulso para su desarrollo, los VC suelen ingresar en etapas anteriores, más cercanas a la etapa de arranque de la sociedad. En cambio, los PE, suelen ingresar en etapas posteriores, donde la sociedad está más consolidada. Consecuentemente, las inversiones de los VC son a largo plazo mientras que los PE son a medio plazo.
- Objetivo de rentabilidad. El objetivo de retorno que se plantean difiere según se trate de un VC o de un PE. En el primer caso, la intención al invertir es recibir entre un 40% a 60% anual, y en el segundo caso entre un 20% y 40% anual. Esta diferencia radica en que la inversión del VC es más arriesgada ya que probablemente se efectuará en una etapa más temprana de la sociedad.
Como hemos visto, la inversión externa en la startup, resulta fundamental para el desarrollo del negocio. Ante la entrada de inversiones, es vital establecer un adecuado marco legal que prevea reglas claras que permitan impulsar el buen funcionamiento de la startup, fomentar la operativa del proyecto y su desarrollo, así como proteger los intereses de las partes involucradas. Tal y como bien indicó, John F. Kennedy, “Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él”.