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El nuevo convenio fiscal España-EEUU, victima del filibusterismo de un senador de Kentucky

 | Expansión
Daniel Armesto Macías

El nuevo convenio fiscal entre España y los Estados Unidos lleva bloqueado casi un año por un senador de Kentucky, y por el momento sin perspectivas de que vaya a salir adelante. Para entender cómo un solo senador puede bloquear la ratificación de un tratado internacional hay que familiarizarse con la práctica del filibusterismo, algo peculiar del Senado federal de los Estados Unidos.

 

Cuando un senador se hace con la tribuna está en su derecho de hablar cuanto tiempo quiera, posibilidad que los senadores pueden utilizar para demorar e intentar impedir la aprobación de leyes u otras resoluciones. El record lo ostenta el senador Strom Thurmond (Demócrata por Carolina del Sur), que en 1957 ocupó la tribuna por 24 horas y 18 minutos en un intento de impedir la aprobación de la Ley de Derechos Civiles, que reconocía el derecho de voto a todos los estadounidenses. Para ello habló, entre otras cosas, de las recetas de repostería de su abuela. La mejor marca del siglo XXI la ostenta el senador Rand Paul, republicano por Kentucky, que ocupó la tribuna durante 12 h y 52 minutos el pasado 6 de marzo de 2013. Quédense con el nombre.

Pero, con ser la más pintoresca, no es esta la única fórmula, ni la más eficaz, con la que cuentan los senadores para bloquear la tramitación de las leyes. Un solo senador puede vetar la toma en consideración de cualquier asunto (“hold”). Este bloqueo puede ser levantado por un procedimiento de “cloture”, pero este requiere el voto favorable de dos tercios de los senadores. Ello hace que el cloture requiera el voto de al menos parte de los senadores del partido minoritario, por lo que siempre habrá que dar algo a cambio... Así es como el senador Rand Paul tiene bloqueada la ratificación por parte de los Estados Unidos del nuevo convenio fiscal con España.

No es que el senador tenga nada especialmente contra España. Ni siquiera ha impuesto un hold al nuevo convenio con España. En realidad lo ha impuesto a otros convenios que le precedían: los acordados con Hungría, Luxemburgo y Suiza. Y dado que estos llevan casi dos años paralizados y sin perspectivas de salir adelante, el comité de relaciones exteriores del Senado tiene paralizados los convenios con Chile, Noruega, España, Polonia, Japón y Reino Unido. De este modo, el Senado estadounidense no ha ratificado ningún convenio fiscal desde 2010 y ya tiene nueve en la cola.

Al parecer, la oposición del senador Paul se dirige principalmente a las cláusulas de intercambio de información tributaria recogidas en los convenios, algo especialmente paradójico cuando el gobierno de Estados Unidos ha liderado recientemente los denominados acuerdos FATCA (Foreign Account Tax Compliance Act), que conllevan un intercambio de información tributaria incluso de mayor alcance, y ha presionado intensamente a Suiza para que redujera el nivel de su secreto bancario. Sin embargo, es ahora el Senado de Estados Unidos el que no ratifica el convenio con Suiza que posibilitaría el intercambio de información tributaria, porque atentaría a la “financial privacy“ de sus ciudadanos. Es el Senado de los Estados Unidos el que esta impidiendo que se avance en la mejora del intercambio de información entre administraciones tributarias que permita una lucha eficaz contra el fraude fiscal.

Además, los convenios que el senador mantiene como rehenes no se ocupan solo del intercambio de información tributaria, sino que también recogen medidas para evitar la doble imposición internacional y aumentar la seguridad jurídica en los aspectos fiscales del comercio y las inversiones internacionales. En definitiva, todo ello redunda en una facilitación del comercio y las inversiones internacionales, y, con ello, en una esperada mejora de la economía -el nivel de vida y el empleo- en los estados partes.

El rechazo de los convenios fiscales pendientes por una mayoría del Senado de los Estados Unidos sería sin duda algo sorprendente y, a nuestro juicio, desafortunado, pero sería una decisión legítima. Lo que no es aceptable es su bloqueo por un solo senador. Los gobiernos de los estados cuyos convenios fiscales se encuentran paralizados deberían exigir al gobierno de los Estados Unidos que desarme al filibustero y someta los convenios al voto del Senado a la mayor brevedad posible.