Flexibilización del alquiler
Este verano el gobierno ha elaborado un anteproyecto de ley con el que pretende dinamizar el mercado del alquiler, mediante la reducción de la duración de los contratos, dotándolos de mayor flexibilidad, respetando la libertad de pacto de las partes, otorgando mayor protección jurídica a los arrendamientos inscritos en el registro de la propiedad, y agilizando el proceso de desahucio.
Así, se reducen los plazos legales de duración del contrato, pasando la "prórroga forzosa" (el inquilino puede, sea cual fuera la duración pactada, prorrogarla) de cinco a tres años, y de tres a un año la "prórroga tácita automática" (transcurrido el tiempo pactado y su posible prórroga forzosa, el contrato puede entenderse prorrogado tácitamente), quedando el plazo máximo legal de los mismos reducido a la mitad, de 8 a 4 años.
También se prevé que el arrendador pueda recuperar su vivienda, sin necesidad de pacto previo, ni hayan transcurrido cinco años, cuando necesite la vivienda para sí, sus familiares o su cónyuge tras el divorcio, o que el arrendatario pueda desistir del contrato en cualquier momento, cuando lo comunique con un mes de antelación.
Por otro lado, la reforma dota de mayor seguridad jurídica al inquilino, en caso de venta de la vivienda a un tercero, protegiendo plenamente los alquileres inscritos en el registro de la propiedad, que deberán ser respetados por el comprador, y no otorgando, por el contrario, esa protección a los no inscritos.
Por último, se simplificará el proceso de desahucio, reduciendo la intervención judicial, permitiendo, cuando se haya pactado, que la falta de pago de la renta dé lugar a la resolución del contrato, bastando un previo requerimiento notarial o judicial, sin necesidad de sentencia, o creando un procedimiento judicial acelerado para que en el plazo de diez días se proceda al pago de la renta debida.
Esperemos que todo ello dinamice el mercado del alquiler.