Impacto positivo
Primero y ante todo: agradecer a Sus Majestades los Reyes de España todo su esfuerzo, toda su ayuda, toda su entrega a lo largo de casi cuatro décadas. La abdicación de S.M. el Rey en el Príncipe de Asturias es un acto que hay que valorar, dentro del mundo de la Corona, como un proceso natural, sin dramatizarlo ni infravalorarlo. Es una decisión importante, adoptada en un momento adecuado, y en mi opinión, profundamente positiva.
El Príncipe Felipe va a ser un gran rey de España. Tiene todas y cada una de las cualidades para serlo y va a aportar especialmente su juventud, su talante conciliador, su capacidad de diálogo, su buena imagen, su conocimiento de las nuevas realidades, incluyendo la revolución tecnológica y científica, y su enorme experiencia internacional.
Este es un momento muy propicio para que todos los estamentos de la sociedad reaccionen con sentido de la responsabilidad y en especial el estamento político que tiene la obligación de liderar con su ejemplo esta nueva situación, reduciendo al máximo su distancia de la ciudadanía y comprometiéndose sin reservas con la estabilidad institucional, renunciando de plano a todo planteamiento oportunista y a toda demagogia.
España está empezando a vivir una nueva época de crecimiento y su situación es claramente mejor que la que teníamos hace un año y también mejor que la que viven en estos momentos –piénsese por ejemplo en Francia-, la mayoría de los países europeos. Hemos demostrado que somos un país que sabe superar situaciones verdaderamente difíciles con dignidad y seriedad.
Sería injusto afrontar este proceso con actitudes negativas y análisis catastrofistas. El impacto que va a tener la noticia en todo el mundo acabará siendo especialmente beneficioso para nuestro país en todos los aspectos y de manera muy concreta en el económico. En los contactos que he tenido con varios inversionistas extranjeros, las reacciones han sido sin excepción muy favorables. Nadie ha manifestado inquietud o preocupación alguna.
Las palabras de S.M. el Rey, explicando las razones de su abdicación, han sido las justas. Habrá sectores que rechacen esas razones y que critiquen la decisión y propongan alternativas y habrá que escuchar sus argumentos y sus reacciones contrarias, con todo el debido respeto. Vamos a vivir una época en la que se pueden abrir algunas cajas de Pandora, pero el pueblo español sabrá orientar las decisiones correctas y evitar los riesgos innecesarios. Tiene un record impecable en este sentido.