La importancia de la formación en la profesión: el Master de Acceso a la Abogacía
El futuro del país depende, en buena medida, de la preparación de sus profesionales y en estos momentos, nos encontramos ante un cambio sustancial de las condiciones para el ejercicio de la profesión y el máster constituye el instrumento elegido para mejorar la formación de los futuros abogados y para aproximar universidades y despachos. Estoy plenamente convencido de que la formación de calidad es una buena inversión, tal vez la mejor.
La Ley de Acceso a la Abogacía (Ley34/2006, de 30 de octubre), entró en vigor el 31 de octubre del 2011, supone un gran avance en la formación jurídica de nuestro país al permitir la homologación en la formación de las profesiones jurídicas y establece como novedad, que para ejercer como abogado no bastará, como hasta ahora, con colegiarse, sino que será necesario, una vez terminada la carrera de Derecho, completar este nuevo curso de acceso, incluido su periodo de prácticas, y superar la prueba de evaluación final.
Esta nueva perspectiva nos demanda un perfil profesional renovado, un experto mucho más competitivo y completo que el abogado tradicional. El abogado del futuro será un profesional altamente especializado, con un elevado nivel de compromiso y una metodología de trabajo exigente.
Las nuevas claves en la formación de los futuros abogados se centran en que el ejercicio de la abogacía exige la titulación en derecho, pero ésta ya no es suficiente. El joven abogado debe prepararse para adquirir los conocimientos teóricos y prácticos y para este objetivo un máster de postgrado de calidad constituye la vía más adecuada para alcanzar en un plazo breve un nivel de formación que permitirá acceder a oportunidades de trabajo de primer nivel.
Cuando el Centro comenzó su actividad hace ya casi 20 años, tuvo en cuenta esa necesidad, se anticipó. Es decir, nuestro objetivo era facilitar a los recién licenciados (procedentes de derecho o de otras titulaciones) una formación integrada, práctica que no podía limitarse a la transmisión de conocimientos y de técnicas de trabajo, sino que tenía que ocuparse del desarrollo conjunto de las aptitudes y actitudes personales, sin las cuales no puede entenderse un ejercicio profesional de calidad, todas las cualidades que definen a un profesional completo y creemos que la Ley de acceso responde a este objetivo.
Por eso creo que sería conveniente aprovechar la experiencia de aquellas instituciones que vienen ofreciendo programas de formación de abogados que han obtenido el reconocimiento de los despachos y empresas más prestigiosas.
La apuesta del Centro de Estudios Garrigues que nos diferencia del resto de programas de acceso a la abogacía es, sin duda, la especialización. Las 4 especialidades son: Derecho empresarial, Derecho fiscal, Derecho laboral y Derecho internacional de los negocios, que cada alumno elegirá en función de sus intereses particulares. Todas las especialidades complementarán un módulo común en el que se abordarán las cuestiones generales que exige la ley para acceder a la profesión de abogado, y tras su finalización todos los alumnos realizarán el período de prácticas necesario para poder presentarse a la prueba de acceso, para cuya preparación también contarán con el apoyo del Centro.
El alumno podrá “acceder a la abogacía especializada” ya que con nuestros itinerarios formativos además de cumplir con todos los requisitos que exige la ley, alcanzará el nivel de conocimiento especializado que exigen las grandes firmas de abogados y las grandes empresas.
La experiencia del Centro en sus másteres jurídicos oficiales, su vinculación a la práctica profesional, y la pertenencia al despacho Garrigues, nos sitúan en una posición muy privilegiada para poder dar respuesta, a partir de la próxima promoción 2013/2104, al Máster de Acceso a la Abogacía.
El objetivo es preparar a los alumnos para optar a un empleo de calidad. La especialización es una exigencia de nuestro tiempo y proporciona a quien la posee un factor de diferenciación esencial para poder competir en el exigente mundo profesional en las mejores condiciones posibles
En la situación actual, desde mi punto de vista las mejores oportunidades profesionales siguen ofreciéndose para las personas mejor formadas, Las crisis económicas producen diversos efectos, de un modo sintético podríamos decir que en estos tiempos se percibe claramente una mayor disposición de las familias para invertir en formación y, en sentido contrario, una reducción de los gastos de formación por parte de las empresas. También se observa desplazamientos entre programas por razón de la materia; así es perceptible una mayor demanda en programas de recursos humanos, derecho laboral y fiscal.