La nueva Ruta de la Seda
Los próximos días 14 y 15 de este mes se celebra en Beijing la cumbre Belt and Road Forum for International Cooperation (Foro de la Franja y de la Ruta de la cooperación internacional), también conocida como la iniciativa One belt one Road (OBOR). ¿Pero, qué es, qué pretende, como se financia y que representa para España esta iniciativa de China?.
El proyecto de OBOR fue lanzado por el Presidente chino en septiembre de 2013 y tiene cuatro principales objetivos: la mejora de las infraestructuras en transporte, energía y telecomunicaciones en Asia; una mayor coordinación de sus políticas económicas; suprimir obstáculos al comercio; y una vertiente de fomento cultural, enmarcado todo ello en el desarrollo del XIII Plan Quinquenal.
Cohabitan en esta iniciativa cuatro componentes básicos, el de política exterior o geoestratégico, política de desarrollo regional chino, política industrial y la internacionalización de la economía y empresas chinas.
Con relación al primer elemento, la propia ubicación geográfica de China determina que, actualmente, su capacidad de influencia hacia el Este está limitada por la presencia de Japón y Corea del Sur. Hacia el Sudeste siguen latentes sus diferencias con los países vecinos, Vietnam y Filipinas, por el conflicto en el Mar de la China meridional. Y por el Sur está presente su principal rival en la zona, India. Por ello Asia Central se revela como su gran alternativa geoestratégica.
En cuanto al desarrollo en clave local china existen grandes diferencias entre la costa oriental y el interior. Mientras la primera ha experimentado un fortísimo desarrollo gracias al comercio exterior y su apertura, no ha ocurrido lo mismo con la zona interior. Conocedor de esta circunstancia, el Gobierno chino considera que el OBOR podrá tener el mismo éxito en estas provincias al conseguir abrir nuevas rutas terrestres de comercio internacional.
Por lo que respecta a su política industrial, es necesario tener presente que el nuevo plan quinquenal determina que su actual modelo económico está en un periodo de transición, de paso de un modelo basado en la inversión, a uno de consumo y sector servicios, lo que ha puesto de manifiesto la “sobrecapacidad” de muchas de sus industrias pesadas. Los ingentes proyectos en infraestructuras previstos en este plan permitirán absorber en parte esta sobrecapacidad de la industria china.
Por último y en el área de la internacionalización, el OBOR se ofrece como instrumento para apoyar la estrategia de internacionalización de las empresas chinas a través del programa Going Global 2.0 que está dirigido a adquirir know how, marcas, tecnologías y modelos de negocios internacionales, replicables luego en clave local. China pretende aumentar así la transferencia de su capacidad productiva a los países en los que discurre la ruta de la seda y contar, además, con el apoyo de sus ingenierías, que han adquirido un gran desarrollo en las últimas décadas.
Para llevar a cabo todo este enorme proyecto, por sus dimensiones, capacidad de cambio y ámbito plurinacional, es necesario dotarlo de los instrumentos financieros precisos. En este sentido es de destacar el nuevo Banco Asiático de Inversiones e Infraestructuras (AIIB), del cual España forma parte. Con un capital de 100.000 millones de dólares financiará a través de créditos, garantías o incluso participación en equity, los proyectos de infraestructuras favorables para el desarrollo de Asia, por tanto no necesariamente constreñidos a esta área geográfica. Matiz importante, pues no debemos olvidar que al amparo de esta iniciativa se ha ampliado su marco geográfico más allá de Asía y Europa, hacía proyectos en África, Suramérica y hasta Nueva Zelanda.
Y todo esto, ¿en que afecta a España y a sus empresas?
Es necesario recordar que España es ya un país OBOR, tras la puesta en marcha de la línea ferroviaria que comunica la ciudad de Yiwu, en la provincia de Zhejiang (costa Este de China) con Madrid. Incluso con la participación de una empresa española en el cable submarino que comunica Camerún con Brasil. Pero debemos ir a más.
Como indican muchos expertos “si OBOR consiste en conectividad, España no se debe conformar con ser un extremo del corredor euroasiático, sino que debe proponerse como hub para enlazar ese corredor con el Norte de África y América Latina”. China quiere tener cada día más presencia en América Latina y sus empresas quieren hacerlo de la mano de las empresas españolas. Cuestión esta remarcada por los líderes chinos, pero cuya importancia parece que no hemos valorado todavía bien en España.
No podemos obligar a nuestras empresas a venir a China, pero lo que es una irresponsabilidad es no saber, o no querer conocer lo que está pasando. Y tras la retirada de EEUU del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y la participación del presidente Xi Jinping en la cumbre de Davos, donde defendió el libre comercio, es evidente que algo importante está pasando.
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