Laserna y la apertura de las telecomunicaciones
Durante la amistad que fui formando con Juan Mario Laserna con los años, tuve siempre el privilegio de contar con su opinión experta sobre diferentes cuestiones de política económica internacional, lo que caía como anillo al dedo a mi permanente interés por buscar puntos de conexión entre el derecho y la economía.
En la misma época en que ejercí el cargo de Superintendente de Industria y Comercio, entre 2010 a 2012, Juan Mario había llegado al Congreso de la República, donde hizo una brillante labor, como era de esperarse.
Allí coincidimos en un episodio importante, en torno al proceso de adjudicación de espectro en la banda AWS, proceso que para ese entonces adelantaba el Ministerio de las TIC y que, con la entrega de 225 Mhz, duplicaría el espectro en manos de los operadores.
El mercado de telefonía móvil de Colombia era en ese momento uno de los más concentrados del mundo, con un índice de concentración IHH (Herfindahl and Hirshman) de 6.341 puntos, medido por tráfico de voz y datos, solo superado por México y dos o tres países más.
Los estudios que adelantamos al interior de la Superintendencia indicaron con toda claridad que las posibilidades de que una empresa entrante se sostuviera exitosamente en el mercado de telefonía móvil o, incluso, en el mercado un poco más abierto de internet móvil, era muy baja. Más aún, los ejercicios económicos mostraban que la viabilidad financiera también resultaba en entredicho para algunos de los jugadores incumbentes.
Era evidente que el desbalance estructural del mercado de telefonía móvil estaba afectando directamente el bienestar de los consumidores, quienes tenían que soportar significativos sobrecostos y una mala calidad en el servicio.
Por eso en la SIC nos la jugamos para promover al interior del Gobierno una fórmula que impidiera que la asignación del nuevo espectro terminara sirviendo para mantener o agravar la situación de concentración de los mercados de voz y datos, vistos separadamente o en su conjunto. La propuesta que elevamos fue la creación de reservas para entrantes es decir, la separación de sub concursos para ciertos tramos de espectro, en los cuales solo podrían participar nuevos jugadores, en condiciones especiales.
Juan Mario Laserna no sólo apoyó la propuesta, sino que además se empeñó en abrir un debate de gran calado en el Congreso sobre la necesidad de Generar mayor pluralismo en el control de los operadores de telecomunicaciones. Fue precisamente uno de los debates convocados por los senadores Laserna y Jorge E. Robledo el que sirvió como detonante para que el sector en su conjunto y el propio Gobierno asimilaran la necesidad de modificar el sentido del proyecto de asignación que venía encaminado a la defensa del statu quo.
Así, la inclusión de las reservas para entrantes fue lo que permitió que el mercado se abriera más a la competencia y empezara a traer sus frutos con mejores precios y mejores opciones para el consumidor.
Aunque aún falta mayor apertura, ya se ven importantes beneficios como la facturación por segundos, la sustancial ampliación de la oferta de equipos y la mayor dinámica en la generación de planes más adaptados a las necesidades de los consumidores.
Al final, sin el aporte de Juan Mario no se habría logrado quebrar la tendencia monopolística del sector de comunicaciones.
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