Notas sobre el libro electrónico profesional desde la perspectiva de un usuario
Desde mi óptica de usuario de libros profesionales, el libro electrónico presenta ventajas evidentes en términos de accesibilidad ubicua al contenido (especialmente a través de dispositivos móviles conectados), capacidad de búsqueda avanzada y muy rápida de conceptos dentro de una obra y entre distintas obras, y capacidad de actualización del contenido; esto último es particularmente útil en publicaciones legales especializadas, en los que la capacidad del libro electrónico para incorporar de forma rápida actualizaciones (y a un coste marginal, sin necesidad de incurrir de nuevo en el coste íntegro del libro) resulta muy útil para adecuar la obra a los cambios normativos o las novedades jurisprudenciales que se vayan produciendo.
Adicionalmente, el libro electrónico tiene un potencial enorme para integrar en la propia obra contenidos multimedia, enlaces que permitan el acceso directo a recursos de otras fuentes disponibles online para ampliar información, y funcionalidades de accesibilidad para discapacitados (con soluciones de vocalización de contenidos de texto como el text to speech o similares).
De todos modos, resulta importante que el usuario que opta por un libro electrónico preste atención a los derechos que se le conceden, normalmente en los términos de la licencia de uso que el editor o distribuidor concede a los usuarios. Téngase en cuenta que determinadas actividades o usos que el propietario de una copia en soporte papel de un libro puede realizar (por ejemplo, la reventa o el préstamo), pueden verse restringidos en el caso del libro electrónico según los términos de la licencia que se le haya concedido.
Sospecho que en el ámbito profesional el proceso de sustitución del libro en soporte papel por el libro electrónico u otros formatos de contenidos digitales va a ser mucho más rápido y profundo que en el de otro tipo de obras. En todo caso, no creo que se produzca un proceso de sustitución total, al menos entre la generación de los no nativos digitales; en cambio, para los nativos digitales es muy probable que el libro profesional en papel caiga en desuso.
El libro electrónico, como herramienta que amplía las posibilidades de consultar multitud de contenidos profesionales especializados de muchas fuentes diversas y desde cualquier ubicación a través de dispositivos móviles (sin la incomodidad de llevar encima los libros físicos), permite una mejor gestión del tiempo: es posible aprovechar tiempos de espera para hacer consultas, y permite realizar análisis bien documentados incluso en momentos y lugares en los que sería inviable de otro modo. Forma parte de los cambios en las herramientas y procesos con impacto significativo en la organización del trabajo, en línea con lo ocurrido con el acceso remoto a las comunicaciones y documentos de empresa.
En cuanto a la oferta de libro electrónico profesional actualmente disponible, y aunque puede variar de unos sectores profesionales a otros, empieza a existir una masa crítica suficiente como para que un profesional pueda pensar en el soporte electrónico como una opción efectiva a la hora de acceder a contenidos especializados. Pero es importante que se siga ampliando el catálogo de obras disponibles.
Por otra parte, actualmente conviven distintas modalidades de explotación digital de los libros electrónicos: descarga del libro (bajo modelos cerrados o abiertos), visualización a través de tiendas virtuales en la nube, entre otros. Los proveedores deberán seguir madurando modelos de negocio y de uso que se adapten a las preferencias de los usuarios, que varían de unos perfiles a otros. Es previsible que las publicaciones profesionales en soporte electrónico tiendan a converger con otros formatos de acceso a contenidos de texto y multimedia, y con modalidades de acceso y uso que se están imponiendo en otros contenidos culturales (préstamo, alquiler, pago por uso y similar). Además, queda mucho margen de mejora en términos de usabilidad de los dispositivos y del interfaz de usuario.
En la oferta disponible en el mercado (al menos en España y en el ámbito de los libros jurídicos), incluso las grandes editoriales distribuyen los libros electrónicos pensando casi exclusivamente en los usuarios individuales. El mundo de los despachos colectivos de profesionales (y, muy especialmente, los que tienen diversas sedes) es un entorno en el que el libro electrónico puede ayudar a resolver determinadas limitaciones y generar eficiencias; por ello, debería avanzarse en fórmulas que permitan la adquisición y el uso corporativo de los libros profesionales electrónicos, de tal forma que los distintos profesionales de una organización (despacho colectivo, empresa, administración) puedan consultarlos sin necesidad de tener que adquirirlos a título individual. Existen distintas soluciones en el mercado que, para otros productos (software, bases de datos) vienen permitiendo el acceso multiusuario dentro de la misma organización, y fórmulas de acceso en el entorno universitario (préstamo de libro electrónico) que podría pensarse en extender a la oferta comercial de las editoriales.
Asimismo sería muy útil que las editoriales o plataformas de distribución faciliten la revisión a examen del libro electrónico previa a la compra. En este tipo de obras de contenido técnico, poder examinar el índice y algunas páginas resulta muy relevante para favorecer el proceso de compra o contratación de acceso.