¿Qué es un Family Office?
Algunas familias empresarias, al alcanzar un determinado patrimonio empresarial o, en otros casos, a raíz de la venta de su empresa industrial, deben gestionar un patrimonio financiero o inmobiliario con la misión de preservarlo a través de una gestión eficiente.
A su vez, en la mayoría de los casos, la composición de la familia se estructura en distintas ramas con mayor número de miembros al encontrarse en segunda o tercera generación.
También es necesario proceder a la separación de la gestión del patrimonio de la gestión empresarial y, según los casos, las personas implicadas (por confidencialidad) deben ser distintas de aquellas que están en la empresa familiar.
Por lo tanto, los dos objetivos fundamentales de un family office, es la gestión patrimonial y financiera desde la eficacia financiera-fiscal y una buena organización familiar donde la familia pueda recibir servicios y se organice para una adecuada toma de decisiones.
Para constituir un family office se requiere de una dimensión mínima patrimonial y financiera que lo justifique. Debe ser autosuficiente y generar su propia rentabilidad.
Es necesaria una estructura de personal que sea liderado por un profesional independiente contratado al efecto. Sugerimos habitualmente que provenga del sector financiero. Debe tener a su vez iniciativa para gestionar el patrimonio y conocimientos en el ámbito financiero. Este profesional puede ser familiar aunque habitualmente es no familiar.
El funcionamiento del family office se debe fundamentar sobre la estrategia de inversión y riesgo que señale el Consejo de Familia a través del Plan Estratégico Familiar.
En muchos casos, esta oficina familiar debe ser también servir de apoyo a la prestación de servicios a los miembros de la familia. Es habitual que se encarguen desde el asesoramiento fiscal y financiero particular hasta la búsqueda de soluciones particulares a sus necesidades (seguros, viajes, contabilidad personal, etc.).
Otro aspecto a destacar sobre este tipo de estructuras es servir como plataforma a las siguientes generaciones o, incluso a las presentes, en la formación de cómo gestionar el patrimonio. También debe encargarse de la organización de las sesiones del gobierno familiar (Consejo de Familia) y las actividades conjuntas de la familia.
La estructura jurídica puede ser una sociedad limitada aunque no tiene porqué ser la sociedad cabecera del grupo; es más: es recomendable que no lo sea.
En definitiva, este instrumento es eficiente para aquellas familias que son capaces de separar con claridad las decisiones industriales de las patrimoniales y financieras con el objetivo de preservar el patrimonio obtenido.