Reforma tributaria: ¿Qué subidas impositivas nos esperan?

Mucho se está hablando estos días de la subida de impuestos que se podría producir en España en un futuro próximo.

Como es bien conocido, los proyectos de ley de las denominadas tasa Google y tasa Tobin están ya siendo objeto de enmiendas en el Parlamento. Además, en breve seguirá el mismo camino el proyecto de ley de lucha contra el fraude, que previsiblemente limitará los pagos en efectivo a 1.000 euros y establecerá diferentes reglas antiabuso en la normativa tributaria española, acogiendo además diversas directivas europeas que estaban pendientes de trasposición al ordenamiento español, como la denominada DAC6 (que obliga a operadores e intermediarios fiscales a facilitar información sobre determinadas operaciones internacionales en las que intervengan).

A partir de aquí todo son especulaciones.

Es previsible, por una parte, que se retomen los borradores que ya preparó el Ministerio de Hacienda sobre la reforma del Impuesto sobre Sociedades, introduciendo un tipo mínimo en el impuesto y limitando la exención por doble imposición en los dividendos y plusvalías obtenidos de participaciones en entidades, y quién sabe si incrementando también los tipos generales.

En relación con el IRPF, es también posible que se aprueben los dos nuevos tramos que se anunciaron hace tiempo para quienes perciban más de 130.000 o 300.000 euros, lo que dejaría la suma de los tipos marginales estatal y autonómico en límites cercanos al 54% en determinadas comunidades autónomas; y que las rentas del ahorro vean también elevados sus tipos desde el 23% máximo actual hasta el 27%.

Por último, no es descartable una reforma general del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones y del Impuesto sobre el Patrimonio, que armonice al alza estos impuestos, si bien parece difícil que ello se haga sin un consenso razonable con las comunidades autónomas y, probablemente, en el marco de una reforma profunda de la financiación autonómica. Mucho más complicado es llevar adelante, desde el punto de vista técnico y práctico, el denominado “impuesto a las grandes fortunas” que defiende Unidas Podemos, puesto que dicha figura debería sustituir al Impuesto sobre el Patrimonio, en un contexto actual en el que no existe ya ningún país de la Unión Europea con un impuesto similar; además de cuestionar principios básicos tributarios como la equidad horizontal, perjudicando al ahorro y la inversión en España e incentivando incluso la salida de capitales de nuestro país en un momento complicado para nuestra economía.