¿Un sistema fiscal simple?
Me temo que no. Ni lo tenemos ni parece que lo vayamos a tener. Se suele enunciar, por parte de cualquier Gobierno que acomete una reforma, la simplificación del sistema como uno de los objetivos a conseguir. Así se recomienda por todos los foros y organismos internacionales centrados en la gestión de la economía.
Leídos los Anteproyectos de Reforma fiscal publicados este lunes pasado no podemos más que constatar que este objetivo no se cumple; podríamos rendirnos ante la evidencia y renunciar a ese deseo para siempre: la demanda de asesoramiento fiscal seguirá vibrante.
Se han publicado los anteproyectos para que el conjunto de la sociedad pueda realizar una crítica constructiva. A esa labor de análisis nos hemos arrojado con total entrega los asesores fiscales desde el mismo lunes. En la prensa de esta semana pasada ha quedado el reflejo de esa labor y del interés que han suscitado algunas medidas, notablemente la relativa a las indemnizaciones por despido.
En las escasas semanas que quedan para las vacaciones de agosto se espera que el Gobierno apruebe los correspondientes Proyectos de Ley para su remisión al Congreso. Asistiremos al debate parlamentario durante el otoño y tendremos las respectivas Leyes hacia el final del año para su entrada en vigor en… bueno, ni esto resulta simple. Los efectos temporales se reparten entre 2015 y 2016, con algunas medidas afectando al propio 2014 y algunas más concretamente a hechos acaecidos desde que se hizo pública la reforma; suponemos que se corregirá lo del viernes 20 de junio, día en que se anunció en el Consejo de Ministros, para pasarlo al día 23 cuando se publicaron los anteproyectos.
Hay muchas medidas de enorme calado e impacto para muchos contribuyentes, tanto personas físicas como sociedades. Cualquier relación que hiciese aquí en esta breve reseña sería incompleta y su orden sólo reflejaría las preferencias de quien esto suscribe, claramente motivadas por su actuación profesional cotidiana. Por eso no lo haré.
Recordar por otro lado que aún no se han anunciado las medidas correspondientes a los impuestos patrimoniales, cedidos a la Comunidades Autónomas, y donde esperamos cambios significativos en el régimen de la empresa familiar.
Insistir finalmente en que nos unamos todos en la petición a nuestro Gobierno andaluz de que no contrarreste la bajada de tipos en IRPF con un aumento en el tramo autonómico. Los niveles actuales son demasiado altos para fomentar la actividad económica.