La sostenibilidad trae consigo un nuevo contexto para los consejos y las juntas de accionistas
Sergio González Galán y Eduardo Gómez de Salazar, socios de Garrigues, debaten con Carlos Sáez Gallego, ‘country head’ de España del ‘proxy solicitor’ Georgeson, en el contexto de ‘Los Diálogos de Garrigues Sostenible’.
La sostenibilidad, en forma de criterios ESG, lleva unos años llamando a la puerta de las empresas. Pero las exigencias son cada vez mayores. Tras hacer un breve repaso por cómo han ido creciendo esas exigencias desde el plano normativo, empezando por el Código Unificado de 2006 y terminando en la obligación legal de 2018 de publicar el Estado de Información No Financiera (EINF), el diálogo comenzó por centrarse en cómo la sostenibilidad ha tenido un creciente impacto en las remuneraciones de los consejeros.
“La crisis provocada por la COVID-19 ha marcado un nuevo hito en el mundo empresarial y, en concreto, en las juntas de accionistas, donde los asuntos retributivos han cobrado mayor relevancia que otros años, y donde ha destacado el gran escrutinio del mercado ya no solo en la retribución de los ejecutivos, sino en la alineación de la misma con otras medidas adoptadas por las compañías, con impacto en el resto de stakeholders. Así pues, ha surgido un nuevo foco en el ámbito social, que ha llegado para quedarse”, afirma Sáez.
De acuerdo con los datos recopilados por Georgeson en la pasada temporada de juntas, el 70% de las empresas del IBEX35 incluyen métricas ESG en su retribución variable anual; el 38% lo hacen en la retribución variable a largo plazo; y casi un 25% no cuenta aún con estas métricas.
Sáez se muestra categórico al afirmar que existe una presión creciente para que en las próximas juntas que aprueben esquemas de remuneración sea habitual que estos se vinculen a factores de sostenibilidad incluidos en el plan estratégico de las empresas. “Algunos de los inversores que están siendo más exigentes en este sentido son Blackrock, Vanguard, State Street o Legal & General, así como los grandes fondos de pensiones americanos, por citar algunos de ellos”, indica.
Respecto a los principales obstáculos con los que se encuentran las compañías cotizadas españolas al incluir indicadores de sostenibilidad en la medición de los esquemas de remuneración a medio y largo plazo, Sáez considera que “el principal obstáculo es que para poder incluir este tipo de métricas tienes que tener una estrategia en este ámbito. Sin una estrategia en sostenibilidad, es imposible que puedas incluir este tipo de indicadores a la hora de definir la retribución a medio y largo plazo de tus ejecutivos”. A su juicio, el segundo obstáculo es que se tienen que utilizar indicadores específicos que sean medibles. “Muchas compañías pecan de utilizar indicadores demasiado genéricos (employee engagement, presencia en índices de sostenibilidad…)”, señala.
A lo largo del diálogo surgieron también las materias relacionadas con sostenibilidad y ESG que, a juicio de los tres expertos, ganarán más relevancia en el corto plazo. Entre estas, figuran el cambio climático, el reporting no financiero, la creación de comisiones de sostenibilidad, la salud de los empleados, la gestión del talento el teletrabajo y la privacidad de la información, así como todos los temas relativos a evasión fiscal y tributación en paraísos fiscales.