La lenta pero segura llegada de los PPA financieros a Latinoamérica
La adopción de Acuerdos de Compra de Energía (PPA) financieros en Latinoamérica es una tendencia en crecimiento que puede contribuir significativamente al desarrollo del sector energético en la región. Su implementación exitosa puede impulsar la inversión en energías renovables y ofrecer a los consumidores y empresas una mayor estabilidad en los costos energéticos, fomentando un mercado eléctrico más dinámico y resiliente. En este artículo, analizamos los casos de Perú, Chile, México y Colombia.
Los Acuerdos de Compra de Energía, conocidos como PPA por sus siglas en inglés (Power Purchase Agreement), son contratos a largo plazo en los que se establece la compra y venta de energía eléctrica entre dos partes. Estos acuerdos han evolucionado para adaptarse a las necesidades de cada mercado eléctrico, considerando las regulaciones y particularidades de cada país.
En este artículo, exploraremos la distinción entre PPA físicos y financieros, su relevancia en diferentes contextos y su creciente penetración en Latinoamérica.
¿Qué son los PPA?
Los PPA son contratos que establecen las condiciones bajo las cuales se transfiere la energía eléctrica entre un vendedor y un comprador. Generalmente, se suscriben entre empresas generadoras, entre un generador y un comercializador, o entre cualquiera de los anteriores con un cliente final.
Cuando no existe un consumidor final actuando como comprador de la energía en el PPA, aún puede suscribirse el mismo, pero con la participación de otro actor como comprador, como, por ejemplo, otra empresa de generación o un comercializador. En este caso, el contrato actúa como un mecanismo de respaldo para el comprador, pues este a su vez tiene otro(s) PPA(s) suscrito(s) con, al menos, un consumidor final. Por ello, suscribir su propio PPA como comprador tiene por finalidad asegurar que tendrá la energía suficiente para venderla bajo su propio PPA. Por ello, un PPA sin participación de un cliente final es una transacción intermedia destinada a que la energía llegue finalmente al consumidor.
Es crucial entender esta distinción, ya que influye en cómo se estructuran los PPA y en las implicaciones que tienen, especialmente al diferenciar entre PPA físicos y financieros.
PPA físico vs. PPA financiero
La diferencia entre un PPA físico y uno financiero radica en cómo se realiza la transferencia y el reconocimiento de la energía, y en las responsabilidades que asumen las partes en el mercado eléctrico.
En un PPA físico, el suministro de energía implica que el vendedor, ya sea un generador o un comercializador, es responsable de entregar la energía acordada. Sin embargo, esa entrega no siempre será de la misma energía generada. Salvo en casos excepcionales de PPA on-site, donde existe una conexión directa sin intermediación entre el generador y el consumidor, la mayoría de los PPA operan a través de una red eléctrica con múltiples actores. Por lo tanto, la energía transferida no proviene necesariamente del generador que suscribe el PPA, ya que la electricidad fluye por la red según las leyes físicas, independientemente de los acuerdos comerciales.
Estos acuerdos se consideran PPA físicos porque, de manera directa o por medios equivalentes, existe una transferencia de energía entre las partes. El consumo del cliente es reconocido por su suministrador en el mercado eléctrico, lo que significa que el suministrador es responsable ante el sistema de los costos de la energía consumida. Aunque no hay una transferencia física directa de electrones específicos, existe una relación contractual que se refleja en las transacciones del mercado eléctrico. El comprador paga el precio acordado en el contrato, y el suministrador gestiona y asume los costos de la energía en el mercado mayorista, ya sea proveyéndola él mismo o bien adquiriéndola en el mercado de corto plazo.
Por su parte, el PPA financiero, también llamado PPA virtual, es esencialmente un acuerdo de cobertura financiera o hedging que asegura un precio fijo de la energía para el comprador, sin que haya un reconocimiento directo del consumo en el mercado eléctrico por parte del suministrador. Se le suele identificar como un contrato por diferencias.
En este tipo de contratos, las partes acuerdan intercambiar la diferencia entre el precio fijado en el contrato y el precio real del mercado en el momento de la liquidación. Si el precio de mercado es superior al precio acordado, el generador paga al comprador la diferencia. Si es inferior, el comprador paga al generador. Este mecanismo permite al comprador protegerse contra la volatilidad de los precios del mercado, garantizando un costo estable de la energía. Al mismo tiempo, el generador asegura ingresos predecibles, lo que es especialmente importante para financiar proyectos de generación, como los de energías renovables.
En un PPA financiero no existe intercambio físico de energía entre las partes. El comprador continúa adquiriendo su energía del mercado o de su proveedor habitual. Las transacciones suelen ser acuerdos OTC (over the counter), es decir, negociaciones bilaterales fuera de los mercados regulados.
Los consumidores finales, por lo general, no tienen acceso directo al mercado mayorista de energía. Esto limita su capacidad para participar en PPA financieros, ya que no pueden gestionar la energía ni las compensaciones directamente en el mercado.
Por ello, los clientes finales que suscriban un PPA financiero, salvo en los casos en que puedan acceder al mercado de corto plazo, deberán contar además con un PPA físico que les provea la energía que consumen. Esto se debe a que el PPA financiero por sí solo no garantiza el suministro físico de energía, sino que actúa como un instrumento financiero para estabilizar los precios.
Ventajas y desafíos de los PPA financieros
Los PPA financieros ofrecen una serie de ventajas. Una de ellas es la flexibilidad en términos de estructuración, ya que pueden adaptarse a las necesidades específicas de las partes involucradas. Permiten a los compradores fijar precios a largo plazo, protegiéndose de las fluctuaciones en el mercado eléctrico, lo que proporciona una cobertura contra la volatilidad de precios. Además, son una herramienta atractiva para financiar nuevos proyectos de generación, ya que proporcionan ingresos predecibles y pueden atraer inversionistas interesados en la estabilidad financiera.
Sin embargo, también presentan desafíos significativos. La falta de regulación clara en muchos países genera incertidumbre y puede complicar su implementación. La complejidad jurídica y financiera de estos acuerdos implica consideraciones tributarias, contables y financieras que requieren asesoría especializada. Además, sin una transferencia física de energía, las partes deben confiar en mecanismos financieros para cumplir con el acuerdo, lo que puede aumentar el riesgo en caso de incumplimiento.
Penetración de los PPA financieros en América Latina:
- Perú:
En Perú, la falta de una regulación exhaustiva sobre PPA financieros ha abierto oportunidades para su crecimiento. Se ha explotado una de las virtudes de estos acuerdos: su ausencia de regulación específica. El marco regulatorio vigente del Perú reconoce muy poca potencia firme a las centrales solares y eólicas, a diferencia de las centrales convencionales. En este sentido, considerando que ciertas centrales de generación de recursos energéticos renovables cuentan con muy poca o casi nula potencia firme, estas se encuentran limitadas a celebrar PPAs físicos únicamente hasta la potencia que tienen reconocida. Sin embargo, la flexibilidad regulatoria permite que cada vez más proyectos utilicen PPA financieros como mecanismo alternativo indirecto de repago para un eventual financiamiento de un proyecto de generación de energía renovable. Los desarrolladores de energías renovables encuentran en estos acuerdos una forma viable de asegurar ingresos y atraer inversionistas. El interés en PPA financieros se ha incrementado debido a la necesidad de financiar nuevos proyectos y a un entorno regulatorio favorable que permite mayor innovación en la estructuración de contratos.
- Chile:
Chile tiene una larga historia en PPA de largo y mediano plazo. Al revisar estas operaciones, es posible constatar que muchas veces eran PPA financieros sin que se les denominara como tales. En 2019, con la entrada en vigor del Decreto Supremo N° 125 que regula al Coordinador Eléctrico Nacional, fue necesario precisar en el PPA si era físico o financiero. Esto fue resultado de la necesidad de regular las garantías de los actores que participan en el mercado de corto plazo, reconociendo la práctica existente de los PPA financieros.
La regulación obligó así a las partes a definir claramente la naturaleza de sus contratos. Si se trata de un PPA físico, puede operar como respaldo de energía en el mercado de corto plazo. Si es financiero, se considera una operación OTC fuera del mercado organizado. Este impulso a la transparencia ha llevado a una mayor claridad en las transacciones y obligaciones de las partes.
La evolución en Chile demuestra cómo la regulación puede adaptarse para incorporar prácticas financieras innovadoras en el mercado eléctrico, proporcionando seguridad jurídica y promoviendo la inversión.
- Colombia:
En Colombia, los PPA financieros han servido como mecanismo para que los comercializadores estén cubiertos del riesgo de las fluctuaciones del precio de energía en Bolsa. Según cifras del administrador del mercado, apenas entre el 15% y 20% de la energía transada en el mercado se hace a partir de los precios en Bolsa. Adicionalmente, los PPA están ganando relevancia gracias a políticas que incentivan los proyectos de generación de energías renovables y las pocas restricciones regulatorias para la suscripción de estos acuerdos. La implementación de subastas y mecanismos de contratos por diferencias ha facilitado la adopción de PPA financieros, no solo para bancabilidad de proyectos de generación, sino también como mecanismo de respaldo para el cumplimiento de las obligaciones de entrega de energía al sistema. No obstante, persisten desafíos regulatorios y financieros que requieren atención para fomentar su uso generalizado. Las empresas buscan protegerse contra la volatilidad de los precios y asegurar ingresos estables, lo que genera interés en estos instrumentos financieros.
- México:
En México, tras la reforma energética de 2013, se estableció un marco que permitió la participación privada en la generación y comercialización de energía. En particular, el Manual de Transacciones Bilaterales y Registro de Contratos de Cobertura Eléctrica publicado en 2017 desarrolla el contenido de la Base 9.8 de las Bases del Mercado Eléctrico, relacionada con las Transacciones Bilaterales Financieras (TBfins) que permiten a dos participantes del mercado transferir entre ellos: a) la responsabilidad financiera de la energía o de los servicios conexos incluidos en el mercado, b) las transacciones bilaterales de potencia -que son aquellas que comprometen al emisor a entregar potencia al adquiriente y asumen las obligaciones asociadas-, c) los contratos de cobertura eléctrica -mediante los cuales los participantes del mercado pueden acordar condiciones de compraventa de energía eléctrica o productos asociados en una hora o fecha futura y determinada-, o d) la realización de pagos basados en los precios de los mismos, para lo cual se establecen procedimientos, reglas, instrucciones, directrices y ejemplos. Estos instrumentos de cobertura pueden ser muy atractivos para los participantes en el mercado dependiendo de la forma en la que se estructuren.
Conclusiones
La llegada y consolidación de los PPA financieros representa una evolución significativa en los mercados eléctricos de América Latina. Ofrecen ventajas notables en términos de flexibilidad y financiamiento, pero también presentan desafíos debido a la falta de regulación y la complejidad inherente de estos instrumentos. Es fundamental que los actores del mercado, reguladores y legisladores colaboren para desarrollar marcos legales que faciliten la adopción de PPA financieros, garantizando la seguridad y eficiencia del sistema eléctrico.
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