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Los retos que ha de afrontar España para ser el líder en producción y almacenamiento de hidrógeno verde en Europa que todos anticipan

España - 

España debe afrontar con determinación desafíos tecnológicos, de producción y de transporte, así como profundos cambios en la industria y la necesidad de promover un marco legal y de financiación seguro y escalable

El desarrollo del hidrógeno verde como el principal vector energético a nivel global se ha marcado en las agendas tanto de la Unión Europea (UE) como de los gobiernos de los distintos países miembros y, de manera global, en el resto del mundo como una de las grandes prioridades para las próximas dos décadas.

En Europa, el impulso se basa en dos objetivos principales (i) ayudar a descarbonizar la UE de manera rentable y (ii) reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles importados. 

Para hacernos una idea del reto al que se enfrenta esta industria en números, en 2020 según un informe de la Asociación Europea del Hidrógeno (Hydrogen Europe), se produjeron en Europa aproximadamente 1,4 millones de toneladas de hidrógeno, de los que únicamente un 2% fue hidrógeno verde (esto es 28.000 toneladas). El plan establece que para el año que viene se deberá producir 1 millón de toneladas de hidrógeno verde y para 2030, 10 millones de toneladas. Y, si miramos a 2050, la meta de producción de hidrógeno es de entre 80 y 120 millones de toneladas.

La estrategia de la UE sobre el hidrógeno y el plan REPowerEU presentado en 2022 fijan cinco puntos críticos de acción: (a) apoyo a la inversión; (b) apoyo a la producción y la demanda; (c) creación de un mercado e infraestructura del hidrógeno; (d) investigación y /e) cooperación internacional.

Todos los analistas ven a España como uno de los países mejor posicionados para liderar en Europa la producción de hidrógeno verde, pero, para ello, tendremos que abordar con determinación los importantes retos que se plantean. 

Así lo puso de manifiesto Gonzalo Valencia, socio del Departamento Mercantil de Garrigues, en una nueva edición de Los diálogos de Garrigues Sostenible. En esta ocasión el tema que centraba el debate era Los grandes retos del hidrógeno verde, con una mesa redonda de expertos de primer nivel, moderada por Gonzalo Valencia y por Sofía Lazcano, socia directora de G-advisory, la filial de consultoría técnica, económica y estratégica en energía y ESG de Garrigues.

El desarrollo de las distintas tecnologías de producción de energías renovables que sean eficientes, escalables y rentables, resulta crucial para acercarse al cumplimiento de los objetivos planteados en el ambicioso y cada vez más necesario proceso de descarbonización de la industria con el objetivo de alcanzar una economía en Europa climáticamente neutra en 2050 y para acelerar medidas que puedan resultar en una mayor independencia energética de los países miembros de la Unión Europea. De todo ello hablaron los ponentes durante el encuentro, apuntando algunas cuestiones clave para lograr los objetivos fijados.

 

Medidas más acuciantes

Los expertos coincidieron en la importancia de ajustar la oferta y la demanda de hidrógeno verde y explicaron los numerosos proyectos en los que ya están trabajando en este ámbito. También apuntaron las principales necesidades que deben resolverse para lograr una mayor implantación de esta energía verde.

Según explicó María Sicilia, presidenta de European Hydrogen Backbone, es necesaria una regulación comunitaria sobre el hidrógeno verde que permita la colaboración entre países, con visión sistémica. En opinión de María Sicilia, la clave para un correcto desarrollo e implantación de esta industria es el fomento de la generación y consumo de hidrógeno verde a nivel europeo, acompasado con la inversión y desarrollo de infraestructuras de transporte de este gas. En relación con los certificados de origen, indicó que se ha dado un primer paso con la aprobación del RD 376/2022, de 17 de mayo, pero que queda camino por recorrer, en particular a la luz de los dos actos delegados aprobados el 13 de febrero de 2023 por la Comisión Europea y que definen con precisión cuándo la electricidad que se utiliza para la producción de combustibles líquidos y gaseosos de origen no biológico para el transporte se considera de origen renovable. 

Por su parte, Millán García-Tola, director global de hidrógeno verde de Iberdrolasubrayó que son los consumidores quienes deben presionar al mercado demandando productos con la menor huella de emisiones de carbono posible, poniendo en valor las soluciones de descarbonización de las energías renovables y el hidrógeno verde. “Sin esa colaboración, no se va a conseguir”, afirmó. Planteó asimismo que, en una fase inicial de implantación, sería seguramente más eficiente transportar la energía eléctrica aprovechando o reforzando las redes existentes, y producir el hidrógeno cerca de los consumidores

Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno y CTO de H2B2, explicó que en España hacemos muy buen I+D, pero el problema es que la tecnología resultante no se transfiere a las empresas: “Es muy importante que se lleve a cabo esta transferencia”. Por otra parte, señaló que un gran cuello de botella que hay que afrontar cuanto antes es el de la capacitación profesional. Se va a requerir un número muy relevante de trabajadores cualificados en esta tecnología en los próximos años y las administraciones públicas y las empresas privadas deben mostrar una apuesta decidida por esa formación. Por último, recordó que la primera planta de hidrógeno verde de España y la segunda del Europa se inauguró en España, en Huelva, desde 1992, así que no somos unos recién llegados a esta tecnología.

Finalmente, Benoît Felix, Global Head of Structured Finance en Santander Corporate and Investment Banking, explicó que, además de un marco regulatorio estable, es necesario asegurar que los primeros proyectos que impulsemos sean económicamente viables. Para ello recalcó el importante papel que el consumidor final puede jugar si se le da la visibilidad adecuada, complementando las ayudas gubernamentales que serán necesarias en estas primeras iniciativas. El impacto del uso del hidrógeno en el precio final de ciertos productos es limitado, y hay un porcentaje de la población cada vez mayor que está dispuesto a asumirlo, si se le da la visibilidad adecuada (e.g. coches fabricados con acero verde). Benoît Felix confía en que España sea capaz de repetir el éxito experimentado en el desarrollo de las renovables, donde fuimos pioneros, aunque para ello también deberemos aprender de los errores cometidos y evitar repetirlos (e.g. estabilidad regulatoria). En su opinión, mientras los gobiernos terminan de ponerse de acuerdo sobre el marco regulatorio que aplicará al hidrógeno, las empresas ya están empezando a sentir la presión por parte de los inversores para iniciar su descarbonización con acciones concretas. Para acabar, Benoît Felix recordó que las entidades financieras están ya dispuestas a financiar este tipo de proyectos siempre que se planteen con la estructura adecuada, tanto a nivel de contratos (fabricación de equipos; construcción, operación y mantenimientos de la planta; offtake; transporte del hidrógeno…) como de contrapartidas, las cuales deberán ser suficientemente robustas como para asumir los riesgos asociados a estas primeras iniciatives.