Los bonos sociales: algunas consideraciones para su desarrollo en el mercado peruano
En este artículo, publicado en la revista Actualidad Jurídica No. 336, Miluska Gutiérrez, asociada principal del Departamento Mercantil de Garrigues en Perú, analiza de manera general en qué consisten los denominados bonos sociales. Del mismo modo, se describen algunos aspectos legales a considerar en el marco de negociaciones para emisiones de este tipo de bonos temáticos.
“Impact Investment” se ha convertido en una frase muy utilizada en los últimos años. Esta expresión alude a los inversionistas que integran consideraciones sociales y medioambientales en la investigación, el análisis y la selección de inversiones, o que adoptan criterios de selección que excluyen a los beneficiarios que tienen un impacto negativo o no suficientemente positivo en el medio ambiente o la sociedad, así como los beneficiarios que no se gestionen de forma suficientemente transparente y participativa. En efecto, se ha señalado que una economía global sostenible requiere que, entre otros, las inversiones o la ampliación de las mismas generen impactos positivos en el área ambiental, social y de gobierno corporativo. Para Lenzi (2021), los estudios empíricos del mercado europeo muestran que los inversores institucionales (principalmente fondos de pensiones y aseguradoras) invierten cada vez más en organizaciones, empresas y proyectos que tienen un impacto social y medioambiental positivo, y en los últimos años hemos sido testigos de la aparición de varias formas de financiación social.
En ese escenario, cobran especial importancia los denominados bonos temáticos, los que tienen la particularidad de que los fondos o recursos obtenidos de su emisión son asignados de forma específica a inversiones con beneficios ambientales y/o sociales positivos, contribuyendo así a la agenda de la sostenibilidad. Del mismo modo, la emisión de este tipo de deuda importa un proceso de evaluación particular según estándares internacionales, conforme detallaremos en el presente documento. Los bonos temáticos pueden ser emitidos por corporaciones, instituciones financieras, proyectos (bonos de proyecto), e incluso por gobiernos estatales mediante bonos soberanos, para financiar o refinanciar, parcial o totalmente, activos o proyectos nuevos y/o existentes.
De acuerdo con Climate Bonds Initiative (CBI, 2021) el mercado de bonos sociales se disparó en el 2020 registrando un aumento de más de 10 veces (1017%) de un año a otro, el mayor crecimiento anual en cualquier tema desde el inicio del mercado de deuda social. El número de emisores que utilizan etiquetas sociales creció en un número igualmente y abarcó una gama más amplia de países y monedas. Del mismo modo, el reporte en cuestión indica que, en volumen de deuda sostenible, la temática social cubre un 18%. El inesperado crecimiento puede atribuirse, según CBI (2021) en gran medida a los efectos de la pandemia de COVID-19 y al creciente deseo de los emisores de bonos de abordar de una manera más estratégica temas de salud y otros de índole social. Sin duda, los bonos pandémicos contribuyeron sustancialmente al crecimiento y representaron el 34% de las emisiones de bonos sociales del 2020.
Para Latinoamérica, de forma específica, el panorama es el mismo. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) (2021) reveló que, durante el primer trimestre del año 2021, la emisión total de bonos de América Latina y el Caribe en los mercados internacionales alcanzó la cifra récord de US$52 millones. La anterior no solo es la más alta registrada en la historia de la región, sino que, a su vez, representa una variación del 16% frente al mismo periodo de 2020, y del 89% si en comparación con el último trimestre de ese mismo año. El informe de CEPAL (2021) indica que una de las tendencias más marcadas entre las emisiones de bonos de la región fue la compra de bonos verdes, sociales y sostenibles que, para finales de abril del 2021, registraron una cifra récord de US$16,6 millones y una participación del 22,8% entre el total de bonos emitidos durante el periodo enero-abril.
El incremento en esta categoría de bonos duplicó lo logrado en 2020, cuando la participación fue de apenas el 9,3%. En tanto, en el periodo analizado los bonos vinculados a sostenibilidad fueron los más utilizados, con una participación del 35%; luego, los bonos de sostenibilidad, con un 26%; los sociales, que movieron un 21%; y, finalmente, los bonos verdes, que representaron el 17% del total de emisiones.
En ese sentido, sin duda alguna y con el respaldo de las cifras señaladas, podemos afirmar que el inicio de la pandemia COVID-19 ha acelerado la realización de emisiones con productos financieros de esta naturaleza y han cobrado especial relevancia en las circunstancias particulares en la que nos encontramos. Alternativas viables y nuevas de fuentes de financiamiento para emisores incluyen este tipo de bonos.
Hay una variedad de bonos temáticos, cada uno atendiendo a un tipo especial de uso de los recursos (i.e. bonos verdes, bonos azules, bonos sociales, bonos sostenibles, entre otros). En el presente artículo, nos enfocaremos en los bonos sociales. Del mismo modo, es importante repasar el marco regulatorio de los mismos (de existir), los retos y desafíos de instrumentos financieros con características sociales y las innovaciones que empieza a exigir el mercado local y extranjero. Finalmente, consideramos relevante mencionar algunas experiencias comparables con el mercado y que podrían ser una guía interesante para la emisión de bonos sociales en el Perú.
La emisión de bonos sociales en América Latina todavía es reciente, pero distintas entidades multilaterales siguen viendo un potencial significativo en su crecimiento y masividad, lo que incluye no solo a emisores corporativos de gran tamaño, sino a emisores gubernamentales de deuda sostenible.
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